miércoles, 27 de febrero de 2008

¿Quién soy?

El sol no aparecía, el frío se sentía por todos lados, la bendita silla de fibra nunca se hizo cómoda y la espera fue eterna.
Aguarde por media hora, en la segunda silla, por mi consulta en el Seguro Social -últimamente me he convertido en cliente frecuente- a las 6 en punto, el vigilante grito..."vaya, vaya, los de consulta hagan aquí la fila"... me paré y seguí el orden de la fila, era la segunda, cuando me despertaron ..."eyyyy esa señora alta no estaba en la fila"..."hagamos fila, hagamos fila"...."sólo por chele la ponen adelante. Extranjera tenía que ser"..."señora quítese"... mis ojos no estaban a punto de buscar la bocas de donde salían esos alaridos, cuando el fiel vigilante ...me sobresaltó..."Nombre no moleste, ella está desde las 5 de la mañana, preocúpese por sus cosas"..."no molesten, ella está antes que ustedes", dijo la de la silla número uno, quien me contó todas sus penas en la fábrica donde trabaja...."mejor cállense", afirmó la de la silla tres.
En mi mente rebota el ser yo extranjera, JA!! Desde cuándo...
Me senté y espere otra hora, vi pasar frente a decenas de mujeres de más de cincuenta años, unas golpeadas por la vida, otras felices de estar vivas, vi de aquellas a las que la vida se presenta como amargura, otras cuyos ojos no paraban de escudriñar a sus vecinas, aquellas con rostro desvencijado, las que asumen pobreza espiritual y mental, las altaneras que no gustan de reproches, las que viven el instante, las que no se preocupan por el qué dirán y dejan ver su robusta cintura entre los ajustes de su camisa, las que ni siquiera se ven...
Y entonces...surgió la pregunta: ¿cómo seré a mis cincuenta ...cómo seré dentro de 20años?
Más mujeres siguieron apareciendo...aquella anciana con la huella de ser tierna abuelita, la otra que no ve directo a los ojos, una más que no saluda, la que esconde sus manos, la que reclama por todo, la coqueta y pispireta...
Y entonces surgió la pregunta: ¿quién soy ahora?
Alguien que no parece salvadoreña, una vieja alta que hace fila en el seguro antes que salga el sol, la maitra de anteojos que tiene cara de enojada....la maitra metida que no para de vernos a todas.

1 comentario:

Ana María dijo...

Eras alta y delgada cuando naciste, sobresalías a la par de tus compañeritas de la guardería, del colegio, en los parques de Managua, los vigilantes te bajaban de los columpios, por que eran para niños y niñas menores de 8 años, y tu apenas tenías 6, en Colombia, cuando te veían jugar con muñecas decían: “ya está grande y todavía juega con muñecas” me daba cólera que cuestionaran la edad para jugar, tu papá y yo siempre discutimos con los vigilantes y amigos/as. ¿Cuál es la edad para jugar? ¿Hay edad para jugar?
Además, sobresalías porque por tu capacidad de reflexionar y analizar temas que no iban con tu edad biológica.
Lo que escribes, me hace reflexionar sobre ¿quién soy?, he llegado a la conclusión de soy mujer de más de los cincuenta, alegre de vivir y de haber vivido lo que he vivido.
Ana María